El juicio por el asesinato del pequeño Gabriel Cruz, de ocho años, en la pedanía de Las Hortichuelas (Almería) el 27 de febrero de 2018, a manos de la que hasta entonces era la novia de su padre, la dominicana de 45 años Ana Julia Quezada, comienza este lunes a las 9.45 en la Audiencia Provincial almeriense con carácter de evento. Se esperan nueve sesiones, entre el 9 y el 18 de septiembre, con jurado popular y abiertas -se ha habilitado una sala con 50 puestos para que los medios de comunicación cubran el juicio- que determinarán la pena de la ya asesina confesa. Quezada se enfrenta a la petición de la máxima pena por parte de los padres del pequeño, representados por el abogado Francisco Torres, y por la Fiscalía: la prisión permanente revisable. Su defensor, Esteban Hernández Thiel, considera que se trata de un homicidio imprudente y, en el peor de los casos, un homicidio doloso.
Este juicio tiene dos caras. Una es la que reproducirán los medios de comunicación sobre las vistas orales y los detalles de las declaraciones de los 17 testigos, 22 testigos-peritos y 25 peritos llamados a declarar por la juez de la sala segunda de la Audiencia. Otra, muy distinta y mucho más íntima, la de los padres del menor, aterrados con la idea de conocer los datos más escabrosos de la muerte de su único hijo. Por ese motivo han remitido a los medios un documento titulado Pacto ético por la Sonrisa de Gabriel, en el que solicitan la depuración de responsabilidades tanto por parte de quien filtre partes no públicas del juicio como por parte del medio que las saque a la luz, así como un “especial tacto” y responsabilidad y sensibilidad a la hora de cubrir esta vista.
La vista oral arrancará con la constitución del jurado popular y la declaración de Ana Julia Quezada, a quien se dedicará íntegramente la primera de las jornadas. Además de la pena de prisión permanente revisable por un presunto delito de asesinato, el ministerio público reclama otros 10 años de prisión adicionales por dos delitos de lesiones psíquicas a los padres del pequeño.
La magistrada Alejandra Dodero, a petición del abogado Torres y la Fiscalía de Almería, ha acordado la declaración a puerta cerrada de los padres, la abuela y una prima menor de Gabriel. Tampoco habrá público en la sesión del 16 de septiembre, reservada para los forenses. Los progenitores del pequeño abrirán el segundo día de juicio. Primero comparecerá Patricia Ramírez y después su expareja, Ángel Cruz, con quien la acusada tenía una relación sentimental desde siete meses antes de los hechos.
Entre los testigos que comparecerán en jornadas sucesivas está la anterior pareja de Quezada, a quien ella misma trató de incriminar al colocar una camiseta de Gabriel en una zona que ya había sido rastreada y cercana a su casa. Fue la propia acusada quien simuló encontrar la prenda el 3 de marzo, cuatro días después de la desaparición del menor, con el presunto fin de despistar a los investigadores.
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