La defensa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva pidió este viernes formalmente ante la Justicia Federal su inmediata puesta en libertad, después de que el jueves el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiese que es inconstitucional la prisión de una persona en segunda instancia.
“Esperamos que la ejecución de la pena pueda expedirse de inmediato porque no hay razón para esperar otro trámite“, dijo a la prensa Cristiano Zanin, abogado de Lula, quien destacó que el expresidente “está muy sereno”.
“La decisión del STF le ha dado una luz de esperanza de que pueda haber justicia. Nuestra batalla jurídica continúa y nuestro foco es la anulación de todo el proceso que llevó a su condena”, comentó Zanin.
Asimismo, recordó que la decisión del STF “confirma que no había posibilidad de ejecución de la pena (…) el expresidente está aquí desde hace 579 días contrariamente a lo que dice la ley y la Constitución”.
El abogado se reunió previamente esta mañana con el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, en el estado de Paraná, en el sur de Brasil, donde se encuentra preso desde abril de 2018.
El expresidente (2003-2010), de 74 años, cumple en Curitiba una pena de 8 años y 10 meses de prisión por lavado de dinero y corrupción pasiva en el caso de un departamento triplex, en el marco de la ‘Lava Jato’.
La libertad del petista no es automática. Lula depende de la autorización de la jueza federal Carolina Lebbos para dejar la prisión y esperar en libertad a ser juzgado por el caso del triplex. Una de las hipótesis que se barajan es que Lebbos decida esperar al considerar que la decisión del STF no está oficialmente publicada.
“Puede ocurrir, sin duda. Sería obviamente un exceso de formalismo porque la decisión es pública y notoria”, comentó el profesor de derecho Leonardo Pantaleão a la Folha de S. Paulo.
Lebbos es la jueza que en agosto pidió la transferencia de Lula a la cárcel de Tremembé, en el estado de Sao Paulo, pero finalmente el STF ordenó la suspensión del traslado.
El líder del PT siempre ha negado las acusaciones y alega que ha sido víctima de una conspiración para impedir que se presentara a las elecciones presidenciales de octubre de 2018. Sus simpatizantes esperan ansiosos a las afueras de la superintendencia policial su salida. “¡Buenos días, presidente Lula!”, aclamaron esta mañana los allí reunidos.
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