A veces levanto la mirada al cielo y pienso que no es cierto que todo el futuro dependa del 17 de mayo; me concentro en un pedazo de mar y pienso que no es cierto que la felicidad común podrá alcanzarse en un vulgar cuatrienio de gobierno; veo las montañas y pienso que es falso que la redención de un pueblo pueda lograrse con la fugacidad de una boleta electoral; voy a las páginas de un mil veces manoseado libro de historia patria y pienso que es absurdo consumirse en la bagatela de unas elecciones, porque el tiempo por delante es enorme, y esto que vivimos llegará a ser un triste y remoto pasado.
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