El hecho de que en lo que va de año se hayan registrado al menos 64 feminicidios obliga a las autoridades a reestructurar las políticas del Estado con una visión clara de trabajar sobre la masculinidad, evitando así que los hombres se conviertan en agresores de las mujeres.
Así se desprende de un estudio cuyos resultados fueron ofrecidos ayer por la antropóloga Tahira Vargas, titulado “Masculinidades y violencia de género en zonas rurales y urbano-marginales de cuatro provincias del país”, en el que se plantea que el problema de los feminicidios persiste y se recomienda modificar los mensajes de las campañas dirigidos hacia las mujeres.
De acuerdo a la especialista, las autoridades no han emprendido el debido esfuerzo para trabajar con la población masculina en su política de frenar y combatir esa situación.
Los resultados de la especialista fueron recopilados en la investigación realizada en el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal y en el municipio de San Francisco de Macorís, en la provincia Duarte.
Una de las conclusiones es que “nosotros tenemos que trabajar con la masculinidad, ¿qué pasa en los hombres que se convirtieron en agresores?”.
En el estudio presentado por Vargas se desglosan las historias y viviendas de 71 familias de diferentes estratos sociales, rural-urbano-marginal, además de grupos etarios (adolescentes, jóvenes y adultos), con las evidencias de que hay hombres que son agresores sexuales, con el final de que han agredido o asesinado a las mujeres, por lo cual las autoridades deben trabajar en determinar las causas que motivan o impulsan esos delitos.
Posibles causales
En la investigación, que contó con el auspicio de Profamilia, se recomienda que en el país hay que trabajar en la educación con relación a la efectividad de la población. “Esto, porque no hemos tenido educación de masculinidad, educación sexual con perspectiva de género.
Nosotros necesitamos una educación con perspectiva de género”, se agrega .
Se expone que los feminicidios que tanto preocupan a los dominicanos podrían tener entre sus causas la cultura de los dominicanos en una relación de poder, con la creencia de que el hombre es el jefe de los hogares.
Dentro de este contexto, la ministra de la Mujer, Janet Camilo, precisa que cuando el hombre pierde el control y el poder, entonces reacciona mediante el uso de la violencia.
“No puede dar afecto público, no puede llorar, pero sí puede reaccionar con violencia”, de acuerdo a la visión de la funcionaria.
Admitió que, además del Plan Nacional contra la Violencia elaborado por la Procuraduría General de la República, se hace necesario que las autoridades pongan en marcha otras medidas de prevención y combate de ese flagelo que afecta a la sociedad dominicana.
Opinión de Profamilia
Según la gerente del Programa de Género y Derecho de Profamilia, Mirna Flores Chang, la Procuraduría General de la República no ha tenido éxito en garantizar la efectividad del plan de violencia para proteger la vida de las mujeres, a pesar de que las autoridades han insistido que se experimenta una reducción de la violencia.
“En este país, hace mucho tiempo se ha pedido al Gobierno que declare la violencia contra la mujer como emergencia nacional, para que se tomen medidas prioritarias para reducir ese flagelo”, dijo Flores Chang, tras señalar que no se puede hacer campañas aisladas ni por un periodo de solo tres días.
Pesquisas
— Educación
Pocos hombres se muestran en el estudio con problemas de analfabetismo. Se encontró solo el caso de un señor de más de 60 años en la zona rural que indicó que era iletrado. La deserción escolar es un problema.
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